martes, 14 de octubre de 2008

Reformas inútiles


Leo en la prensa la opinión de un Profesor de Secundaria:

"Cuando las instituciones educativas elaboran planes contra el fracaso escolar consistentes en incentivar económicamente al profesorado para que sus alumnos aprueben más, mal vamos.

O no se han enterado de qué va esto, o lo saben pero no ponen los medios necesarios porque no saben cómo hacerlo, que es peor. Además, estos planes de calidad presuponen que el profesor trabaja poco y tiene que trabajar más.
Miren ustedes, señores gestores educativos:
a) Llevan años haciendo reformas encargando las mismas a funcionarios que nunca han pisado un aula.
b) Han alargado la educación básica hasta los dieciséis año, lo cual, en principio, parece un logro social pero en la práctica no lo es. Me explico: como un niño con catorce años diga que no quiere estudiar más, no estudia más. ¿Y qué es lo que le queda por delante? Pues dos años prisionero en un instituto en huelga de brazos caídos y boicoteando clases y recreos.
c) Han reducido las ratios, aunque poco, reconózcanlo. Cuando no es tanto problema de ratios sino de los trastornos graves de conducta de muchos de los niños que llegan a las aulas de Secundaria.
Llevamos ya muchos años en los que les decimos a los profesores que llegan a los institutos: "Tengan ustedes quince niños para educarlos y diez que le van a estar dando morcilla todo el año". Que curiosamente, son los niños que más atenciones tienen por ley (atención a la diversidad, adaptaciones curriculares, etc.).

¿Dónde quedan los derechos de los alumnos sin trastornos graves de conducta, bien educados y que quieren estudiar? ¿Por qué deben éstos aguantar que les den cogotazos o que un niño maleducado abra una ventana en medio de una clase de historia, por ejemplo, y se ponga a gritar sin ton ni son?.
Déjense de ratios de veinte y den a los profesores grupos de treinta niños con comportamientos normales, ya verán como los institutos erradican el fracaso escolar.
Déjense ustedes de planes inútiles y traten de darnos una solución para esos cinco o diez niños que hay en cada aula, que no dejan dar clase y que nos hacen gastar tiempo y energías cuando sabemos que en cuanto cumplan los dieciséis se van a ir con todas las asignaturas de primero y segundo suspensas.
Porque la solución no es darles los libros gratis pagados con los impuestos de todos y que se dedican a pintarrajear y romper.
Gástense el dinero en poner un educador (que no profesor) para ellos, en grupos de tres como máximo. Porque un niño sin educación, no está preparado para aprender Lengua o Matemáticas. Pero eso vale dinero ¿verdad?"
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