Javier Orrico, catedrático de Lengua
y Literatura de Bachillerato, nacido en 1955 en Caravaca de la Cruz, Murcia.
Licenciado en Filosofía y Letras (Literatura Hispánica) por la Universidad
Complutense de Madrid y doctor por la de Murcia.
De 1990 a 1994 fue editorialista y
coordinador de la sección de Opinión de Diario 16 en Murcia. Es columnista del
diario La Opinión, ("Crónicas malabares", los domingos), y de la
revista de sociedad Tribuna La Muralla. Ha escrito textos sobre arte, y como
poeta, ha publicado "La Memoria Inventada" (Editora Regional de
Murcia, 1983).
Es catedrático de Lengua y Literatura
de Bachillerato, y jefe del Departamento de Orientación en el IES Ortega y
Rubio. La educación que se da en los centros privados es, por desgracia, muy
superior que la que ofrece la escuela pública.
"La Enseñanza Destruida"
(Huerga y Fierro, 14 euros).
Pregunta: En dos palabras, ¿por qué
está destruida la enseñanza?
Respuesta: Un sistema educativo que
no premia el mérito y no reconoce el trabajo, no es un sistema educativo. Será
otra cosa, pero no inculca a las personas el principio de que el trabajo debe
ser el mecanismo fundamental de ascenso en la vida, y de expresión de las cosas
que uno quiere hacer. Si no se reconoce tu mérito la desmotivación es
inmediata.
P: ¿Cuál fue el objetivo de facilitar
tanto las cosas a los niños en la escuela e institutos que instauró la LOGSE?.
R: En el fondo, el objetivo no es
pedagógico. Lo que pretendían las pedagogías hasta la llegada de lo que los
anglosajones denominaron "comprehensive school", lo que aquí se llamó
"escuela comprensiva" en una mala traducción.
Esto quiere decir que comprende a
todos por un camino único. Un verdadero sistema pedagógico debería pretender
que todos los alumnos sepan el máximo y todos desarrollen al máximo sus
capacidades. Pero el sistema pedagógico
de la LOGSE no pretende eso, sino que todos desarrollen lo mismo.
Que todos reciban lo mismo. Que todos
salgan exactamente iguales. Por tanto no es un sistema educativo que busque lo
mejor para todos, sino imponer, no la igualdad, sino el igualitarismo.
P: ¿Cuál fue la ideología que guió
esta reforma?
R: Es un sistema educativo de las
viejas y caducas ideas del marxismo, es decir, que todo el mundo sea igual por
decreto. Que nadie pueda destacar y diferenciarse.
Que nadie pueda desarrollar una
capacidad individual que le haga sentirse o ser distinto del de al lado.
Pero no ser distinto del resto por
ser de una distinta clase, o tener diferentes posibilidades o derechos, sino
estrictamente porque los seres humanos somos distintos y buscamos cosas
diferentes.
P: ¿No había nada bueno en la LOGSE?
R: Sinceramente, visto ya con 15 años
de experiencia, yo creo que no había nada bueno.
Hubo una oportunidad perdida de
renovar la enseñanza media, en el sentido de que había que haber mejorado la
Formación Profesional.
Habría que haber invertido toda la
paletada inmensa de millones que se ha tirado a la basura a partir de la LOGSE
en esto. A cambio, se han construido cientos o miles de pequeños institutillos
sin valor verdadero, sin buenas bibliotecas, laboratorios y departamentos para
los profesores, sin medios auténticos porque cada pueblo exigía su insitituto.
El instituto dejó de ser aquel centro
de verdadera regeneración y expansión de la cultura por toda España que habían
sido los buenos centros de Bachillerato, que tenían un sentido más bien
comarcal, o de ciudades de cierto tamaño donde se acababa reuniendo a los
alumnos.
En vez de invertir en la Formación
Profesional, lo que se hizo fue fundirla con el Bachillerato.
P: ¿Qué piensa de la prolongación de
la enseñanza obligatoria hasta los 16 años?
R: Me parece muy bien para los que
estén de acuerdo en que se puede obligar a alguien a hacer lo que no quiere
hasta los 16.
En último extremo se podría haber
hecho una enseñanza obligatoria sin necesidad de que fuera una enseñanza única.
Una cosa es que no se permita que los
niños anden por el campo con el burro a los 14 años, que esa España ya no
existía entonces como se creía el PSOE. Pero si se quería hacer la enseñanza
obligatoria, que se hubieran creado distintos caminos para los que no quieren
seguir la única vía que se les propone, los que se denominan
"objetores". O sea, señores, que al verse obligados a hacer una cosa
que no les interesa, lo que hacen es impedir que los demás puedan seguir
estudiando.
En los institutos de ahora, los
chavales de 18 llaman "gremlins" a los niños que antes estaban en los
colegios cursando la EGB.
P: Los partidarios de la LOGSE aducen
que el fracaso educativo constatado por el Informe Pisa se debe a que esta ley
no se llegó a aplicar en toda su extensión durante los gobiernos del PP.
R: No, no, en absoluto. Eso es una
propaganda política. Les vino muy bien que al PP le cayera la responsabilidad
de aplicar la Ley al ganar este partido las elecciones de 1996. Así, si la ley
fracasaba, la culpa no era de ellos.
Pero la LOGSE fue un fracaso desde el
primer momento. El primer texto que yo escribí contra la LOGSE es del año 1992,
cuando yo ni siquiera era profesor, porque era el jefe de Opinión de Diario 16
en Murcia.
Cuando leí los fundamentos educativos
de esta ley me llevé las manos a la cabeza y dije: "el Señor nos coja
confesados con lo que se nos viene encima".
En ese texto que recojo en mi libro,
"La losa que viene", afirmaba ya que eso iba a ser la ruina de la
enseñanza española y la ruina de la memoria histórica.
P: Pero, ¿la LOGSE se ha aplicado o
no?
R: Se ha aplicado absolutamente.
Precisamente el error que yo le achaco al PP es que no detuviera la Ley en el
año 96. El PP construyó institutos a punta de pala; trasladó a los chicos desde
los 12 a los 14 años a los institutos en vez de dejarlos en los colegios, que
es donde tendrían que seguir.
Con esto arrasaron los institutos.
Los chicos de 12 años eran los mayores en los colegios y se sentían
responsables porque sabían que en los dos últimos cursos de la EGB se jugaban
el obtener el título de EGB y poder seguir adelante con sus estudios.
Estos niños rendían bien en los
colegios, pero en los institutos se pierden. Es un ciclo desastroso. Son niños
que se mezclan con chicos mayores, de 18 años, que están en cosas absolutamente
distintas. Los mayores llaman "gremlins" a los pequeños.
P: ¿Qué destacaría de los institutos
de antes?
R: Los institutos eran centros
libres, con las puertas abiertas, donde el alumno iba a estudiar y si quería no
iba. Se han convertido en pequeñas cárceles de adolescentes.
Se podía haber hecho que el
Bachillerato empezara antes, para que todo el mundo estuviera mejor formado,
que todos tuvieran la posibilidad de alcanzar una formación teórica que les
permitiera competir con los hijos de la burguesía y poder acceder a la
Universidad en condiciones de preparación tan buenas como las mejores.
En vez de eso, han alargado la EGB
hacia arriba, con lo cual, hoy los chavales de 16 años salen peor preparados
que antes a los 14.
El nivel ha bajado tanto, la
indisciplina es tal en las aulas que el resultado es ese.
P: ¿Por qué el PP no varió el rumbo?
R: Porque el PP no se atreve a nada.
Es un partido muy pusilánime, siempre con la opinión pública en contra muy bien
manejada por la izquierda. Existía entonces ese prejuicio de "¡qué viene
el doberman!".
Precisamente han achacado al PP todo
lo contrario de lo que ellos hicieron.
No tanto el sector liberal del PP, pero su sector democristiano vio las
puertas abiertas cuando, al aplicarse la LOGSE y hundirse la escuela pública,
la gente comenzó a acudir a los colegios privados.
Eso suponía que los colegios
concertados religiosos iban a tener una demanda de plazas escolares
extraordinaria, que el PP, en aplicación de la Constitución y las leyes
vigentes sacaron adelante.
P: Usted adjudica toda la
responsabilidad a la izquierda...
R: La izquierda se había cargado la
enseñanza pública. Y todo el que ha podido se ha ido a colegios privados y
concertados. El objetivo del PSOE de dar a todos lo mismo era una mentira,
porque, ¿quiénes son los de "todos lo mismo"?, los de la enseñanza
pública. Porque en la enseñanza privada, a pesar de dar los mismos programas,
el ambiente, el clima, las familias, el empuje que se le da al niño, el
sustrato cultural, hace que hoy día, desdichadamente, la preparación que se da
en los centros privados sea muy superior que la que ofrecen los centros
públicos. ¿Quiénes han perdido?: Esta
broma la han perdido los hijos de los trabajadores.
El PP no reformó la LOGSE porque es
un partido muy pusilánime; su sector democristiano vio en esta ley las puertas
abiertas porque aumentó la demanda de plazas en la escuela privada.
P: ¿A quién culpan del desastre los
muñidores de la LOGSE?
R: Echan la culpa a todo el mundo
menos a sus principios teóricos.
A los primeros que culparon fue a los
profesores de Bachillerato, que éramos "unos elitistas" y no
queríamos "saber nada de estas cosas", la primera mentira.
Segunda mentira. Que no se pusieron
los medios suficientes para aplicar la LOGSE. Mentira. Los medios están, las
ratios de alumnos por aula han bajado. Es raro que en una clase haya más de 25
alumnos, y cuando yo empecé a trabajar en el Bachillerato en 1979, las clases
de 50 alumnos eran muy normales.
Esto es una cuestión de sentido
común. Si llegas a una clase, y te encuentras con unos chicos que llevan
suspendiendo las matemáticas desde pequeños y no han tenido que repetir curso,
llega un momento en el que ya no entienden nada de lo que se les habla. Ahora
la nueva Ley prescribe que sólo se repita una vez en la Primaria.
P: ¿Qué ocurre en la Primaria?
R: La Primaria es el verdadero origen
de todo este desastre. La enseñanza primaria española ha sido laminada. Han
acabado con la memoria, con la información... y se dedican a "construir
mensajes", a "construir aprendizajes", lo que llaman el
constructivismo.
Y claro, cuando llegan a la
Secundaria tienen tantas carencias, que uno se encuentra con una disparidad de
alumnos tal que es imposible mantener un ritmo de trabajo más o menos
homogéneo.
Entonces, los listos de los pedagogos
que están en sus despachos sentados te dicen: "No, atienda usted a la
diversidad y haga usted adaptaciones para todos". ¿Qué me pide usted?,
¿qué vaya con 25 ritmos distintos? Eso es muy fácil sentado en la mesa del
departamento de la Facultad de Pedagogía.
P: Usted habla en su libro de
"secta de pedagogos". ¿Qué necesidad hay de llamar al recreo
"segmento de ocio"?
R: Y más cosas. Hablar con un chico
se llama "intervención psicopedagógica". Y decirle a un muchacho que
como no sabes, ni sé cómo hacer que sepas más de lo que sabes, te voy a hacer
una "adaptación curricular".
P: ¿Y eso qué es?.
R: Te voy a aprobar.
P: ¿Cuál es el objeto de toda esa
jerga pedagógica?
R: Esconder la realidad. El eufemismo
intenta siempre que la realidad no se muestre en toda su crudeza.
Además, eso supuso un aura de ciencia
nueva que llegaba a los centros de Bachillerato donde la gente pretendía
enseñar Literatura, o Biología, o Matemáticas, o Historia. Los de la enseñanza
media no somos maestros sino que somos físicos, o matemáticos.
¿Cómo enfrentarse ante gente tan
preparada unos señores que no saben de nada? Son unos señores teóricos de una
supuesta ciencia que es un disparate. Sólo la experiencia en el trabajo, el
aprendizaje del profesor, puede hacer que uno crezca en el desempeño
profesional.
Hacer que un poema de Juan Ramón
Jiménez llegue a un niño de 16 años, algo tan alejado en principio de su
sensibilidad, es algo que se aprende ejerciendo la profesión, no con métodos
teóricos.
Toda esa jerga abstrusa les confería
a los pedagogos el aura de nuevo mago de la tribu, el nuevo brujo, que con ese
lenguaje incomprensible a los demás, les trae una nueva ciencia revelada que lo
resolverá todo. El objetivo último de los pedagogos era tomar el poder en la
enseñanza.
P: ¿Sus colegas están
mayoritariamente de acuerdo con sus opiniones?
R: Creo que es muy general esta
opinión.
P: ¿Por qué no hubo una revuelta
entre los maestros ante lo que se les impuso?.
R: Porque los cuerpos que se
opusieron fueron los cuerpos de Bachillerato. El PSOE creó división en-tre los
cuerpos de funcionarios. Los maestros del ciclo superior de EGB, los que daban
7º y 8º, pasaron a los institutos sin pasar ninguna prueba u oposición.
Estos señores que enseñaban en el
primer ciclo de la ESO a los mismos chavales, de pronto, eran profesores de
instituto. Han sido los únicos a los que se aumentó el sueldo y defendieron la
reforma con uñas y dientes.
Además, prácticamente todos los
institutos tienen un jefe de estudios adjunto que es del Cuerpo de Maestros. Y
además, pasaron de tener un horario de 9.00 a 12.00 y de 15.00 a 17.00, a tener
el horario de mañana de los institutos.
Todos estos señores se pusieron
contentísimos. Con todo esto fue imposible crear un movimiento unitario de
oposición a la LOGSE.
Se les hizo también la pascua a los
catedráticos y agregados de instituto, pero se consiguió que cualquier
movimiento de sublevación contra esto fuera presentado como una defensa
corporativa y reaccionaria.
La jerga abstrusa de los pedagogos
como el "segmento de ocio", por el recreo, les confería el aura de
nuevo mago de la tribu, que con ese lenguaje incomprensible a los demás, les
trae una nueva ciencia revelada que lo resolverá todo.
P: ¿Qué opina de la integración de
chavales con minusvalías en los colegios?
R: Las criaturas que tienen retrasos,
minusválidos, a los que en los centros especiales se les podría ofrecer un
mínimo de futuro, se les tiene ahí aparcados en los colegios.
Mandan a unos maestros que se llaman
de "pedagogía terapéutica", que no son de Secundaria, sino del cuerpo
de Primaria, maestros de apoyo que los sacan de las aulas para darles unas
clases aparte, pero manteniendo la ficción de que los están integrando entre
los demás y en la sociedad.
Esto es uno de los asuntos más
delicados de esta historia. Yo creo que les estamos haciendo un flaco favor.
Pero hay padres que lo prefieren y dicen: "Aunque mi hijo no aprenda nada,
yo prefiero que esté aquí y se relacione con los demás".
Bueno, pues a lo mejor esto es positivo,
pero lo que sí te digo es que no aprenden absolutamente nada.
Tú imagínate que eres profesor de
matemáticas de chicos de 14 o 15 años, y tienes en la clase a un chaval casi
paralítico cerebral cuyo nivel intelectual es el de un niño de siete años. Te
lo meten en la clase, y alguna hora de la semana, te lo sacan de la clase para
darle matemáticas aparte.
Y a ti te dicen que vayas controlando
su trabajo y el del resto.
En el resto hay cinco gamberros que
no te dejan dar clase; ocho que no entienden nada de lo que dices; diez que
podrían ser alumnos estupendos a los que no puedes atender porque tienes que
controlar a los anteriores... Entonces, claro, las clases son inmanejables.
P: ¿Cuál es el efecto de esta
situación en los profesores?.
R: Se produce el desistimiento. Mucha
gente ha desistido de llevar adelante su profesión y va a clase a que pase la
hora, a que estén allí los niños, a mandar ejercicios.
Tenemos una especie de escuelas para
chicos mayores donde el aprendizaje, la exigencia y los programas son lo menos
importante, y se trata de que estén allí y lleguen hasta los 16 años y adiós
muy buenas.
P: ¿De qué manera se puede mejorar la
calidad de la enseñanza? ¿Hay marcha atrás?.
R: Es muy difícil, porque la sociedad
ha ido cambiando al mismo tiempo. El sistema educativo hubiera podido ser un
cierto valladar, una especie de reducto último de lo que se llamó el proyecto
ilustrado. Lo más paradójico de esto..., nos hemos tenido que caer del burro
para darnos cuenta de que la izquierda, o esto que se llama la izquierda
española de hoy, es la principal enemiga del proyecto ilustrado, que se supone
que es lo que siempre tenía que haber defendido la izquierda.
Esto lo he llamado en la introducción
de libro, la "paradoja de la izquierda".
El proyecto ilustrado que proclama
que el hombre mejora a través de la cultura, la belleza y el arte, se lo han
cargado por la raíz. Desde ese momento, el bastión de defensa de la cultura que
era el sistema educativo, ha sido arrasado.
La televisualización, la audiovisualización,
la masificación, lo que yo llamo la tríada "sofá, pizza, televisión"
ha arrasado con la idea de la cultura.
Lo que los medios de comunicación
poderosos promueven, es lo mismo que promueve el sistema educativo, porque ya
no cree que la cultura se adquiera con esfuerzo, trabajo y dedicación.
P: ¿De dónde surge un cambio tan
radical en la enseñanza?
R: Primero, de la idea del PSOE de
"vamos a dejar España que no la va a conocer ni la madre que la
parió".
La LOGSE fue una Nueva Planta, un
cambio de raíz. Cambiaron los centros, los profesores, los estudios, los
programas..., todo.
Y el PP lo mantuvo por un sentido
democrático que yo les reprocho. La educación no puede estar sometiéndose a un
proceso de reformas y reformas de las contrarreformas..
Ahora, el PSOE ha dado al PP un
guantazo, y les ha demostrado de lo que es capaz el Partido Socialista. Éstos
sí, llegan al poder y se cargan una cosa que ni siquiera sabemos si podía
llegar a dar resultado [la ley proyectada por el PP, la LOCE].
La Ley Orgánica de Calidad de la
Enseñanza era una ley muy tímida pero que al menos atacaba los puntos más
fracasados de la LOGSE.
Establecía que desde los 14 hubiera
tres caminos, siempre reversibles, para que cada chaval eligiera su camino y
las clases pudieran funcionar.
La LOE que propone el Partido
Socialista no es más que un regreso a la LOGSE, una ley absolutamente
fracasada, pero además, acentuando el desastre.
Una de las cosas que prevé es
cargarse la Filosofía para introducir una asignatura de adoctrinamiento
político que se va a llamar "Educación para la Ciudadanía", que no es
más que enseñar lo políticamente correcto evitando que la gente pueda pensar
por sí misma.
Muchos profesores han desistido y van
a clase a que pase la hora, a que estén allí los niños, a mandar ejercicios;
tenemos una especie de escuelas para chicos mayores donde el aprendizaje, la
exigencia y los programas son lo menos importante.
P: Alguien puede pensar que lo suyo
es pura nostalgia y que usted es de los que piensan que cualquier tiempo pasado
fue mejor.
R: En absoluto. No sólo no me he
retirado de la trinchera, sino que trabajo en una trinchera más dura. Yo
trabajo en una cosa que se llama Diversificación, que es un itinerario
encubierto que hay al final de la Secundaria donde envían a los chavales que,
aún aprobándolos, no han podido obtener el título de ninguna manera.
Fíjate. Antes sacabas la EGB y podías
ir a Formación Profesional. Ahora no sacas la ESO y no puedes ir a ninguna
parte.
Me los mandan con 16, 17 años, que es
donde yo veo la verdadera ruina de este sistema. Tengo que intentar darles las
cosas básicas: escribir, leer, un mínimo de Historia...
No sólo me he reciclado. Yo soy
catedrático de Literatura y mi especialidad era enseñar Poesía, que es lo
último que hago hoy.
No tengo ninguna nostalgia. Yo me he
adaptado perfectamente a la situación nueva. Y lo que intento es ayudar a estos
chavales maltratados por el sistema que los ha dejado sin recursos personales y
sin capacidad para enfrentarse a la vida y a su continuidad como personas y
ciudadanos.
Sólo digo esto: "Señores,
ustedes se equivocaron y persisten en el error con una contumacia digna de
comentario de texto que antes hacíamos".
Lo verdaderamente reaccionario es que
la LOGSE negó la enseñanza a los hijos de los trabajadores cuando accedieron a
ella, y les dio a cambio un sucedáneo.
Los integristas y fundamentalistas
son los que defienden esta nueva ley, la LOE, que impide que se apliquen
soluciones correctoras.
P: Usted cita a Álvaro Marchesi como
el gran artífice de la LOGSE. ¿Qué ha supuesto este hombre para la enseñanza
española?
R: Es uno de los hombres más
negativos de la Historia de España. Él es catedrático de Psicología Evolutiva,
el responsable de la destrucción de nuestro sistema educativo, que necesitaba
retoques, pero que estaba muy bien y había que haber salvado. Intentó aplicar
diseños teóricos probadamente ya fracasados en todo el mundo.
Fue secretario de Estado de
Educación. No sé si siempre tuvo el mismo cargo, pero sí que estuvo en todos
los Ministerios de Educación de la época del PSOE desde Maravall.
Él y César Coll son los que hicieron
esto y continuan defendiendo la validez de estos principios.
P: Déme un ejemplo de lo que hicieron
estos teóricos.
R: En la LOGSE se estableció que los
niños no podían aprender a leer antes de los 6 años.
Ese es uno de los mayores desastres
que nunca pudimos cometer. Cuando los niños empiezan a leer han visto ya
150.000 películas, y entonces, diles tú que lean.
Aquellos fundamentos de la clase
trabajadora, del esfuerzo, el trabajo, el rigor, la ética, la entrega, la
generosidad, la fortaleza moral de los trabajadores de antes..., todo eso se ha
mandado hoy a tomar por culo y lo que prima es la moto, el pendiente, el coche
con los cristales negros y el bacalao a toda hostia.
P: Los periodistas que están saliendo
de las facultades han estudiado ya según la LOGSE, y pasado por una Universidad
que también es muy criticada por su baja calidad. ¿Cómo ve la calidad del
periodismo de hoy, usted que también lo ha ejercido?.
R: Lo que veo es que se escribe muy
mal. La Ley de Reforma Universidad convirtió a ésta en un reducto corrompido.
Esta Ley convirtió a muchos auxiliares en titulares, y luego en catedráticos;
fue la norma que creó el sistema endogámico de selección del profesorado por el
que se entra digitalmente; etcétera. Los
alumnos llegan al primer curso de Universidad con un nivel infinitamente más
bajo por el desastre de las enseñanzas medias, y si esto se une a que las universidades
se han convertido en expendedoras de títulos, pues tú me dirás qué tipo de
licenciados están saliendo.
Ahora bien, el ser humano es capaz de
superar, incluso, un sistema tan estúpido como este. Con dedicación, entrega,
generosidad, con todo eso que hoy no inculcamos en el sistema educativo, el que
pueda podrá salir adelante.
Esto es trágico, porque todo eso es
lo que se inculca a los hijos de los privilegiados que no se inculca a los
hijos de los trabajadores.
Aquellos fundamentos de la clase
trabajadora, del esfuerzo, el trabajo, el rigor, la ética, la entrega, la
generosidad, la fortaleza moral de los trabajadores de antes..., todo eso se ha
mandado hoy a tomar por culo y lo que prima es la moto, el pendiente, el coche
con los cristales negros y el bacalao a toda hostia. Hay que ser profesor (o maestro, palabra de
resonancias mucho más ricas) para comprender esa desazón, esa impotencia... en
resumen ¡esa mala leche que se le pone a uno viendo que no puede hacer nada por
EDUCAR!... pero los "ajenos a la docencia" se creen que les contamos
cuentos, que exageramos y que lo único que queremos con nuestras quejas es
cobrar más.
Con permiso: la labor de un profesor,
y más en las condiciones en que nos han puesto los gobiernos que han aprobado,
permitido y defendido la LOGSE (empezando por el incalificable PSOE y siguiendo
con el PP, por cornudo consentido) es impagable.
Pero créanme si les digo que lo que
más me importa no es lo que cobro a fin de mes, sino el auténtico sufrimiento
psicológico, propio y de los compañeros, durante mi jornada laboral. Y a quien
quiera comprobarlo, le regalo un par horas de trabajo y sueldo... y que me
cuente milongas luego.
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